El comisionado Joe Carollo cambia el nombre de una calle de La Pequeña Habana en honor a Frank Perez, un veterano y prisionero político de Bahía de Cochinos.
La Pequeña Habana, el vibrante corazón de la comunidad de exiliados cubanos de Miami, recibió un nuevo hito. En un poderoso testimonio del espíritu de nuestra comunidad, el comisionado de la ciudad de Miami, Joe Carollo, invitó recientemente a los residentes a una ceremonia para conmemorar la designación de una calle como "Avenida Frank Perez". Este tributo, producto de nuestro orgullo colectivo, honra la vida y el legado de Frank Perez, un empresario local, ex prisionero político y veterano de la invasión de Bahía de Cochinos, un hombre que verdaderamente pertenece a nuestra comunidad.
La ceremonia, una ocasión trascendental celebrada el jueves 30 de mayo de 2024, fue una celebración del notable viaje de Frank Perez, quien ejemplificó "coraje, dignidad y patriotismo" a lo largo de su vida.
Una vida marcada por la adversidad y la resiliencia
La historia de Frank Perez es de resiliencia y determinación frente a la adversidad. Tras el ascenso del comunismo en Cuba, se vio obligado a huir de su tierra natal. Al encontrar refugio en Chicago, EE. UU., su vida dio un giro inesperado cuando se enteró de la Brigada 2506, un grupo paramilitar respaldado por la CIA formado por exiliados cubanos para liberar a Cuba.
Impulsado por un profundo deseo de ver libre su patria, Perez viajó de Chicago a Miami para unirse a la Brigada. Esta decisión lo colocó en el centro de un momento crucial en la historia de Cuba, la invasión de Bahía de Cochinos. El intento de invasión de 1961 no tuvo éxito, pero el coraje y el compromiso de Perez con su causa dejaron una huella duradera.
Frank Perez: Construyendo una vida en Miami
Después de verse obligado a huir de Cuba, comenzó una nueva en Miami. Martica Perez, su esposa, compartió que soñaba con que Cuba estuviera libre de sus limitaciones. Este anhelo de una patria liberada se ve aún más enfatizado por el hecho de que Frank nunca consideró realmente a Miami como un reemplazo permanente, y deseaba regresar algún día.
A pesar de la naturaleza agridulce de dejar su tierra natal, Frank Perez aprovechó la oportunidad que le ofrecía Miami. Comenzó a vender joyas desde una maleta en el Aeropuerto Internacional de Miami, un testimonio de su espíritu emprendedor y luego abrió su tienda. El éxito de Frank Joyería, una tienda conocida por su "estilo único por la calidad y el sabor cubano", sugiere un deseo de mantener viva su herencia en el exilio.
La tienda rápidamente se convirtió en un éxito, no sólo por sus hermosas joyas sino también porque servía como "lugar de reunión para compañeros exiliados". Frank Perez conoció a su esposa, Martica, en el aeropuerto y juntos construyeron un próspero negocio que se ha convertido en una institución en Miami. Sus hijos, Phillip y Frank Jr., continúan la tradición familiar, asegurando que el legado de excelencia de Frank siga vivo después de su muerte en 2003.
La pérdida de su marido en 2003 fue una tragedia personal, pero le infundió una fuerza y una gratitud más profundas. La familia Perez perseveró a través de estos desafíos, demostrando la misma resiliencia que caracterizó el viaje de Frank.
Un legado recordado
La dedicación de la Avenida Frank Perez es más que un simple cambio de nombre de la calle. Sirve como un recordatorio permanente de los sacrificios hechos por los exiliados cubanos en su lucha por la libertad.
Agregar la Avenida Frank Perez fortalece la identidad del vecindario y proporciona un vínculo tangible con su pasado. Esta dedicación tiene un significado particular para las generaciones más jóvenes que tal vez no tengan una conexión personal con los eventos que dieron forma a la comunidad.
La ceremonia organizada por el comisionado de la ciudad de Miami, Joe Carollo, reunió a miembros de la comunidad, veteranos de la Brigada 2506 y la familia de Frank Perez. El comisionado Joe Carollo, la esposa de Frank Perez, Martica, un pilar de fortaleza que estuvo a su lado durante sus triunfos y desafíos, así como su hijo Phillip, pronunciaron amables palabras.
Sus hijos, Phillip y Frank Perez Jr., continúan con orgullo el legado de su padre y supervisan las operaciones diarias en la ubicación original de "Frank Joyería" en la Calle Ocho, el corazón de la Pequeña Habana y otra ubicación cerca de Coral Gables en Bird. Carretera que atiende a una clientela más amplia. Ambas ubicaciones continúan la tradición de servicio excepcional y joyería de alta calidad que estableció Frank Perez.
Un símbolo de perseverancia y comunidad.
La historia de Frank Perez es un testimonio del espíritu perdurable de la comunidad de exiliados cubanos. Ejemplifica el poder de la perseverancia frente a las dificultades y la importancia de construir una nueva vida mientras nos mantenemos conectados con las raíces. La dedicación de la Avenida Frank Perez sirve como un tributo duradero a un héroe local y un recordatorio de la búsqueda inquebrantable de la libertad que continúa dando forma al carácter de La Pequeña Habana.
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