El divorcio, las muertes en la familia, los problemas de dinero y los problemas graves de salud no solo estresan... Esos eventos vitales negativos podrían en realidad acelerar el envejecimiento del cerebro, sugiere una investigación reciente.
"Usamos un nuevo algoritmo para predecir el envejecimiento cerebral tras eventos vitales terribles, como el divorcio o una muerte, y los eventos vitales negativos aceleran el envejecimiento cerebral en más o menos un tercio de un año por cada evento", advirtió el autor principal del estudio, Sean Hatton, científico de proyecto en la Universidad de California, en San Diego.
Entonces, si alguien tiene la mala suerte de sufrir dos problemas graves, eso significa que su edad cerebral predicha será 8 meses mayor, encontró el estudio.
¿Cómo pueden esos eventos que la mayoría de personas experimentan en algún momento de sus vidas acelerar el envejecimiento del cerebro? Los investigadores no lo saben con certeza, ya que este estudio no se diseñó para probar una relación causal.
Pero Hatton dijo que otras investigaciones han mostrado que los eventos vitales estresantes pueden acelerar el encogimiento de los telómeros. Son las tapas al final de las cadenas de ADN que las protegen del deterioro. Los telómeros se acortan con la edad.
El Dr. Daniel Kaufer, jefe de neurología cognitiva y trastornos de la memoria en la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill, dijo que los eventos vitales estresantes podrían fomentar una inflamación que aumenta el envejecimiento. Dijo que quizá no sea el evento vital en sí lo que provoca el envejecimiento, sino la respuesta de una persona al mismo.
"Cuando las personas reaccionan negativamente a los eventos vitales estresantes, con frecuencia no comen o no duermen bien, y eso puede tener un impacto en el cerebro", advirtió Kaufer, que no participó en la investigación.
El estudio incluyó a más de 350 hombres con una edad promedio de 62 años. Todos eran veteranos que habían sido militares entre 1965 y 1975. Más o menos un 80 por ciento nunca experimentaron situaciones de combate. Eran predominantemente blancos (casi un 88 por ciento).
Los investigadores preguntaron a los hombres sobre los "eventos vitales funestos", que incluían la muerte de un familiar o amigo, el divorcio, la separación, una pérdida de un embarazo, las dificultades financieras y las emergencias médicas de gravedad. Se preguntó a los hombres en dos ocasiones, con cinco años de diferencia.
Se les preguntó sobre ciertos hábitos de estilo de vida, y preguntas para determinar su estatus socioeconómico. También recibieron exámenes para detectar problemas de memoria, y se evaluó un gen que indica un riesgo más alto de enfermedad de Alzheimer.
Por último, todos los participantes recibieron una IRM del cerebro. Entonces, los investigadores incluyeron toda esa información en su algoritmo para calcular la edad cerebral predicha. El algoritmo también controlaba factores como el riesgo de enfermedad cardiaca, el consumo de alcohol, el estatus socioeconómico y la etnia, dado que todos esos factores se han vinculado con un mayor envejecimiento.
Aunque este estudio solo observó a hombres, Hatton dijo que es probable que las mujeres y las personas de razas distintas experimenten "un desgaste biológico similar".
Kaufer dijo que no tenía ningún motivo para pensar que otros grupos, como las mujeres o las personas de otras razas, tendrían resultados distintos. Pero anotó que las personas de otras culturas podrían reaccionar de forma distinta a algunos de esos eventos estresantes. Por ejemplo, "en ciertas culturas el divorcio podría considerarse más como un tabú", dijo.
¿Y qué pasa con las personas que tienen un estilo de vida más saludable? ¿Están protegidas de los eventos vitales estresantes?
Hatton dijo que es probable que esos eventos afecten a todo el mundo, pero que las personas que comen bien, hacen ejercicio y mantienen su consumo de alcohol a unos niveles saludables tienen una "reducción en el riesgo de envejecimiento cerebral acelerado, y podrían mitigar el impacto de esos eventos".
Kaufer se mostró de acuerdo. "Hay mucha variabilidad individual respecto a cómo las personas reaccionan ante esos eventos, y la dieta y otros factores del estilo de vida podrían influir en la forma en que el cerebro y el cuerpo responden a largo plazo", señaló.
Este estudio también apunta a posibles intervenciones terapéuticas, añadió Kaufer. Ayudar a las personas a mejorar su resiliencia psicológica podría fomentar su capacidad de "adaptarse de forma constructiva a las situaciones estresantes", anotó.
Hatton aconsejó que si alguien está experimentando un evento vital estresante, "tenga en cuenta la salud física y mental, y preste una atención especial al consumo de alcohol". Advirtió que el consumo excesivo del alcohol puede contribuir a un envejecimiento más acelerado.
El estudio aparece en una edición reciente de la revista Neurobiology of Aging.
Más información
La Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association) ofrece consejos para mantener el cerebro sano.
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