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Más allá de la conferencia: Cómo un activista de Miami hace que el ambientalismo sea divertido

Andrew Otazo, fundador de ARO Communications, está transformando la participación cívica en el sur de Florida al cambiar los sermones por la sátira y las conferencias por risas, demostrando que el humor es la herramienta más poderosa para el cambio

Durante demasiado tiempo, el movimiento ambientalista de Miami ha lidiado con un problema persistente: la desconexión. Los líderes comunitarios a menudo se encuentran hablando en silos, dando sermones severos que no logran conectar con una ciudad diversa y dinámica. Pero una voz local, Andrew Otazo, está cambiando el guion por completo.

Originario de Miami y director de su propia agencia, ARO Communications, Otazo ha desarrollado una filosofía fundamental tan simple como efectiva: la comunicación debe ser valiosa en sí misma. Aborda temas complejos y a menudo ignorados, como la contaminación por excrementos de perro o la basura de los manglares, y los envuelve con humor, celebración y un genuino compromiso con la comunidad. Demuestra que no hay que elegir entre divertirse y salvar el planeta.

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Desenmascarando la contaminación por excrementos de perro

El debate sobre la gestión ambiental suele centrarse en los grandes contaminadores industriales y los proyectos de infraestructura a gran escala. Sin embargo, una de las amenazas más insidiosas para la joya de la corona de Miami, la Bahía Biscayne, yace justo en sus aceras: los excrementos caninos.

Como destaca Otazo, uno de los mayores mitos es que las heces de perro son un fertilizante inocuo. "Simplemente no lo son", explica. Las heces de perro no se descomponen eficazmente cuando se dejan en el césped o en las medianas. Simplemente esperan la lluvia. En ese momento, se vierten en la cuneta, fluyendo sin filtrar directamente a la bahía.

"No tenemos un estudio completo de cuánto contribuye el excremento de perro a la proliferación de algas y a la muerte de peces", señala, "pero se cree que es un factor contribuyente importante junto con la escorrentía de fertilizantes". Más allá del daño ecológico, los desechos no recogidos también propagan bacterias, lo que representa una amenaza para la salud de la comunidad.

En lugar de un anuncio de servicio público de regaño, Otazo y sus socios de Debris Free Oceans abordaron este problema con una celebración: el Carnaval de Cachorros.

"Lo envolvimos en esta celebración de los perros de Miami", describe Otazo . El evento brindó a los dueños de mascotas un espacio para disfrutar de actividades divertidas, comprar a vendedores locales y pasar un buen rato. Es a través de este vehículo positivo y festivo que el mensaje sobre la tenencia responsable de mascotas se transmite de una manera respetuosa y genuina. Al ofrecer valor primero, un buen rato con sus queridas mascotas, los asistentes están abiertos a recibir el mensaje educativo.

Construyendo comunidad a través de limpiezas

trabajo directo sobre el terreno evidencias El compromiso de Otazo con la acción. Durante ocho años, ha participado en la limpieza de los manglares de Miami, retirando personalmente la asombrosa cantidad de 38,485 libras de basura.

Su trabajo con Debris Free Oceans resume a la perfección su singular combinación de deber cívico e ingeniería social. Otazo reconoce que, si bien los miamenses se preocupan universalmente por mantener el océano limpio, un tema que él describe como uno de los pocos "que no es político ", la comunidad ambiental a menudo no logra llegar a un público más amplio.

¿Su solución? Convertir el trabajo ambiental en una oportunidad para conectar.

Esta estrategia culminó en el evento viral "Los Solteros Más Traviesos de Miami". Al reconocer que muchos amigos solteros se quejan de la dificultad de tener citas en la ciudad, Otazo creó un filtro innovador. Al organizar un evento de limpieza, los participantes podían garantizar que cualquier persona que conocieran estaría comprometida cívicamente y se preocuparía por el medio ambiente.

"El valor que obtienen es que quizás simplemente se divierten. Quizás hacen un nuevo amigo. Quizás encuentran una cita", explica. Al integrar la limpieza en una experiencia social de alto valor, las personas participan con voluntad y entusiasmo, en lugar de sentirse obligadas.

Los propios materiales de la campaña reflejan este tono lúdico y auténticamente local. Otazo relató un folleto del evento que rápidamente se viralizó:

La imagen superior era... tres personas en un club sin zapatos. Y el texto decía: "No sean como estas patasucias". [pies sucios]. Y luego la imagen de abajo eran tres personas en los manglares [limpiando basura]... Es como, 'Sé como estas patasucias'”.

Este uso de humor hiperlocal y autocrítico y de la auténtica jerga de Miami es la seña de identidad de la agencia, demostrando que el compromiso siempre supera a la aplicación de la ley.

Redefiniendo la responsabilidad de los miamenses

Que Otazo ha pasado en los manglares le ha proporcionado una comprensión crucial del proceso de contaminación, una comprensión que desea que todos los miamenses comprendan.

Cuando la gente lo ve limpiando los manglares, suele expresar sorpresa, pensando que la basura debe provenir del océano. Sin embargo, él aclara la realidad: la gran mayoría de la basura se origina en la misma ciudad.

"La gente tira basura al borde de la carretera, en la acera, y cuando llueve, va a parar a la cuneta y no hay ningún sistema de filtración. Y esa basura va directo a la bahía", afirma. Este hecho tiene una profunda implicación: lo que hace un residente en Hialeah o West Kendall impacta directamente en la salud de la costa. Reconocer esto ayuda a construir una cultura donde todos asumen la responsabilidad personal.

Otazo cree que la ciudad puede abordar mejor los problemas ambientales, como la contaminación y las fuertes lluvias, centrándose en el cambio cultural y las soluciones naturales, no sólo en proyectos costosos como los malecones.

Descarta la idea de depender de la policía para hacer cumplir la limpieza de excrementos caninos, prefiriendo la presión social y la educación. "Tiene que ser cultural", insiste. Si la comunidad está educada y espera que la gente recoja la basura, esa presión social, que se refuerza a sí misma, es "mucho más poderosa" que las multas constantes.

Un futuro conectado con la naturaleza

En definitiva, la visión de Otazo se centra en cambiar la relación fundamental que los miamenses tienen con su entorno. Se opone a proyectos masivos y disruptivos, como el malecón de 15 metros propuesto en su momento para Brickell, y prefiere trabajar con la naturaleza. "Los manglares son una de esas soluciones", afirma, destacando su durabilidad y capacidad para absorber la energía de las tormentas mejor que las barreras de hormigón. Ante la amenaza de huracanes, lluvias e inundaciones más fuertes en Miami, Otazo insta a cambiar la perspectiva de separación de la naturaleza, que lleva a construir muros, por una de conexión.

"Deseo desesperadamente que mis nietos puedan vivir en la ciudad. "Y para que eso suceda, tenemos que cambiar nuestra perspectiva sobre este entorno", concluye. A través de su colaboración con ARO Communications y Debris Free Oceans, Andrew Otazo utiliza el humor y los eventos comunitarios para animar a los habitantes de Miami a cuidar el medio ambiente. Sus esfuerzos contribuyen a construir una ciudad más fuerte y responsable para el futuro.

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