Se explora la conexión intestino-cerebro en un estudio a pequeña escala sobre el uso de probióticos entre adultos mayores sanos
Un nuevo estudio ha demostrado que los probióticos podrían tener un impacto positivo en las funciones cognitivas y el bienestar emocional de los adultos mayores. Este ensayo, centrado en el eje intestino-cerebro, proporciona nuevos conocimientos sobre cómo el equilibrio de la microbiota intestinal podría abordar potencialmente el deterioro cognitivo y emocional relacionado con la edad.
Diafonía entre el intestino y el cerebro
El microbioma intestinal, una comunidad compleja de microorganismos que residen en el intestino humano, desempeña varias funciones cruciales, desde la absorción de nutrientes hasta la modulación del sistema inmunológico. Las investigaciones recientes se han intensificado sobre el eje intestino-cerebro, lo que destaca la importante influencia que tienen el tracto gastrointestinal y sus habitantes microbianos en el cerebro. Actualmente se están explorando las alteraciones en el microbioma intestinal como un enfoque novedoso para mitigar el deterioro cognitivo y emocional asociado con el envejecimiento.
La comunicación bien establecida entre el intestino y el cerebro llevó a los investigadores a investigar un vínculo potencial entre la salud intestinal y las enfermedades neurodegenerativas o los trastornos del estado de ánimo. Algunas hipótesis proponen que los desequilibrios en bacterias intestinales específicas podrían provocar neuroinflamación, disfunción mitocondrial o estrés oxidativo, lo que podría causar daño neuronal.
Restaurar el equilibrio
Sin embargo, la conexión intestino-cerebro también puede tener implicaciones beneficiosas. Si un desequilibrio en los microbios intestinales puede afectar negativamente al cerebro, restaurar este equilibrio podría ayudar a tratar ciertos trastornos cerebrales. Los investigadores están explorando el impacto del consumo de probióticos y prebióticos en afecciones como la demencia, el deterioro cognitivo, la ansiedad y la depresión.
Estudios anteriores han arrojado resultados alentadores, que muestran que especies de bacterias específicas pueden mejorar las funciones cognitivas y reducir los síntomas de ansiedad y depresión. Los ensayos clínicos también han informado de una mejor función cognitiva después del consumo de probióticos. Sin embargo, estos estudios a menudo involucraron a participantes con múltiples condiciones de salud y hay datos limitados sobre si se pueden observar beneficios similares en una población de edad avanzada sana.
Explorando la eficacia de los probióticos
Para abordar esta brecha, los autores del estudio probaron la eficacia de una formulación probiótica de múltiples especies, específicamente Lactobacillus rhamnosus y Bifidobacterium lactis. Estudios anteriores que utilizaron esta combinación arrojaron resultados no concluyentes sobre su impacto en los estados emocionales y cognitivos. Los investigadores se propusieron evaluar esta mezcla de probióticos como estrategia terapéutica para aliviar el deterioro emocional y cognitivo en adultos mayores sanos.
El estudio empleó un diseño cruzado aleatorio, doble ciego y controlado con placebo. Incluyó a 33 participantes de 55 años o más, con una edad promedio de 66 años. Al inicio, la mayoría de los participantes (85,2%) no presentaban deterioro cognitivo, mientras que el 14,8% presentaba un deterioro cognitivo leve.
Los participantes consumieron una cápsula que contenía el probiótico de múltiples especies o un placebo durante diez semanas. A esto le siguió un período de lavado de cuatro semanas, durante el cual mantuvieron su dieta habitual sin intervenciones, y luego otras diez semanas de tratamiento. El grupo placebo recibió probióticos y viceversa. Las evaluaciones se realizaron al inicio del estudio, después de la primera intervención de 10 semanas y al finalizar el estudio.
Los investigadores no observaron efectos secundarios del tratamiento, pero observaron importantes beneficios cognitivos y emocionales del consumo de probióticos.
Los participantes se sometieron a varias pruebas para medir el bienestar cognitivo y psicológico. Los resultados indicaron que los probióticos tuvieron un impacto positivo en el bienestar mental, mejoraron la función cognitiva y mejoraron el estado emocional, junto con una reducción notable de los síntomas depresivos.
Posibles mecanismos y limitaciones
Aunque los investigadores no exploraron los mecanismos detrás de estas mejoras cognitivas y emocionales, plantearon la hipótesis de varias vías posibles basadas en estudios previos. Sugirieron que los efectos beneficiosos de los probióticos podrían deberse a su influencia sobre la liberación de neurotransmisores, la neurogénesis, la expresión de neuropéptidos, la plasticidad sináptica y la neuroinflamación. Además, restaurar el equilibrio del microbioma intestinal podría fortalecer la barrera intestinal, modular la síntesis de cortisol y mejorar la calidad del sueño.
El estudio tenia varias limitaciones. Las investigaciones futuras deberían medir parámetros neurológicos, endocrinos o inmunológicos, como muestras de heces o marcadores de inflamación o estrés oxidativo, para respaldar mejor la hipótesis del impacto del eje intestino-cerebro en la cognición. Además, controlar las diferentes cepas de probióticos que los participantes podrían consumir a través de su dieta es esencial para evitar posibles interferencias con los resultados. Un tamaño de muestra más grande y una duración del estudio más larga también serían beneficiosos para estudios futuros.
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