Recientemente, Cuba ha estado a la vanguardia de los medios de comunicación estadounidenses, pero ¿de qué se trata todo esto?
Cuba ha estado bajo el dominio de un régimen comunista durante más de 60 años, pero las cosas en estas protestas recientes son diferentes. La pandemia de Covid-19 agregó una gran cantidad de estrés adicional a la población cubana que ya luchaba. Es normal que una persona espere ocho horas en la cola para comprar un poco de pan en Cuba. Mientras la gente se muere de hambre, los que están en el poder hacen alarde de su lujoso estilo de vida y la gente está harta de eso.
Las protestas en toda la isla comenzaron en San Antonio de Los Baños, que se encuentra a unas 20 millas al suroeste de La Habana. Miles de cubanos asistieron a la protesta, ya no temerosos de las tácticas utilizadas para reprimir tales movimientos contra el régimen actual. A medida que se difundió el mensaje de libertad, se produjeron más protestas en más de 30 ciudades.
El dictador Miguel Díaz-Canel respondió subiendo autobuses de militares vestidos de civil, armados con barras de metal y palos para golpear a los manifestantes. La violencia se extendió por las calles y todos conocían al menos a un individuo que arriesgó su vida por la libertad.
Tras las manifestaciones, la autoridad ordenó registros casa por casa de los enemigos de la revolución y más de 5.000 ciudadanos fueron detenidos. También lanzaron una campaña de desinformación muy táctica que decía que los manifestantes eran revolucionarios y delincuentes confundidos. Algún tiempo después la autoridad también dijo que los manifestantes son personas que quieren que Estados Unidos invada Cuba.
El gobierno no se detuvo ahí. Han impedido el acceso a Internet y chantajeado a quienes hicieron publicaciones anticomunistas en los medios de comunicación social. La autoridad cubana busca un líder, alguien que se responsabilice de los levantamientos, pero esta vez es diferente. La gente está unida contra un agresor común: sus figuras autorizadas. Viene como efecto de 60 años de opresión y pérdida de libertad.
En Estados Unidos, la interpretación de los hechos de Cuba se ha recibido de manera diferente según el espectro político. La izquierda debe comprender que los acontecimientos que están ocurriendo ahora no son el resultado del embargo de Estados Unidos. La autoridad cubana tiene la culpa de la situación actual y del trato violento contra tantos jóvenes ciudadanos. Cuba no es un paraíso de justicia social; es una dictadura que no protege los derechos humanos.
Por otro lado, la derecha debe comprender que la acción militar no resolverá este problema. Tener una intervención militar podría hacer que la gente comience a respaldar al gobierno simplemente para mantener la independencia de Cuba. Está claro que debe haber una clara desaprobación del comportamiento de la autoridad cubana, pero la intervención militar dividiría a Cuba y empeoraría las cosas.
Para ser realmente útil en esta guerra por la libertad, Estados Unidos debe apoyar al pueblo cubano. El mensaje es claro, ESTAMOS CONNECTADOS, y "¡Cuba libre!"
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