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Trump entrega parques nacionales para extracciones petroleras y mineras privadas

paintings-UTAH_NPSOrdena reducir Bears Ears y Grand Staircase-Escalante, las reservas naturales y culturales de los Estados Unidos.

Tras numerosos debates, el pasado lunes 4 de diciembre, el presidente Donald Trump anunció oficialmente la reducción de los Monumentos Nacionales Bears Ears y Grand Staircase-Escalante, dos de los más importantes y emblemáticos sitios de Reservas Naturales y Culturales en los Estados Unidos. Estos espacios sentaban precedentes en cuanto a la protección de parques nacionales y culturalmente relevantes, ya que fueron designados bajo la Ley de Antigüedades y son legados de Barack Obama  Bill Clinton. La reducción del área protegida de estos lugares pone en riesgo el manejo controlado de los recursos naturales de la región, así como los legados de patrimonio cultural y espiritual que en ellos residen.

El presidente Trump aprobó la reducción de Bears Ears en un 84%, disminuyéndola de 1.4 millones de acres a 220 mil, en tanto que Grand Staircase-Escalante perdió el 52% de su protección, pasando de 1.9 millones de acres, a tan sólo 1 millón.

Al oficializar esta reducción públicamente, Trump argumentó:

“Administraciones pasadas han abusado del propósito, espíritu e intención de una ley centenal conocida como la Ley de Antigëdades. Esta ley requiere que únicamente el área más pequeña y necesaria sea aislada para protección especial como monumentos nacionales. Desafortunadamente previas administraciones han ignorado los estándares y utilizado a la ley para bloquear cientos de millones de acres de tierra y agua bajo un control estricto del gobierno”.

El cese a la protección de estos importantes Monumentos Históricos es respaldado por una minoría que está principalmente conformada por empresarios, quienes han mostrado un interés concreto en realizar actividades extractivas de combustibles fósiles y minería.

Fue así que el Senador Orrin Hatch mostró su apoyo inmediato, dejando entrever los intereses económicos que vienen detrás de estas acciones y declaró:

“El presidente Trump es muchas cosas: es el comandante en jefe, el maestro de acuerdos, y es un billonario enormemente exitoso. Pero también es un hombre que demuestra sus compromisos a la gente de Utah”.

Sin embargo, la mayor parte de la población afectada por estas decisiones, ha solicitado reiteradamente la protección de las zonas, al tiempo que ha manifestado su inconformidad por la decisión de aminorarlas. Basta recordar que Bears Ears fue promulgada ante la petición que 5 naciones indígenas hicieron a Barack Obama, apoyándose en su soberanía y argumentando los vínculos históricos, espirituales y culturales que existen en el Monumento Nacional. En el caso de Grand Staircase-Escalante, que representa un sitio importante para los hispanos, más de 2.8 millones de comentarios públicos apoyaron la decisión, cuando se llevó a cabo la promulgación.

Como muestra de la inconformidad ante este golpe bajo a los distintos grupos étnicos, el Activista Nativo Americano Fawn Douglas expresó:

“El Mes de la Herencia Nativa Americana cierra y el presidente Trump le da un giro inmediato al aprobar los planes para remover protecciones a miles de acres de tierras públicas, especialmente significativas para las comunidades Nativas - sin nuestros comentario, sin nuestro consentimiento, sin importarle nada. Aunque me siento profundamente decepcionado y entristecido por este anuncio, no es sorpresivo”.

Líderes de organizaciones defensoras de los recursos naturales, también hicieron escuchar su voz de inmediato.

Adrianna Quintero, Directora Ejecutiva de Voces Verdes dijo:

“Remover las protecciones de más de 2 millones de acres de tierras públicas en el Oeste Americano es un despilfarro que irá a las extracciones petroleras y mineras privadas. Una vez más, Trump y su equipo han puesto los intereses corporativos sobre los intereses de los estadounidenses.”

En respuesta inmediata a este suceso, la voz de Michael Brune, Director Ejecutivo de Sierra Club, también emitió su posicionamiento:

“Una vez más, la administración Trump ha vendido al público estadounidense y sus lugares especiales, solo para beneficiar a la élite de los combustibles fósiles. No podemos permitirnos dejar a merced de las industrias contaminadoras las protecciones de los lugares indígenas sagrados, los parajes de especial significado histórico para los hispanos, los destinos turísticos naturales y las maravillas de la Naturaleza”.

Por su parte; Gene Karpinski, Presidente de la Liga de Votantes por la Conservación criticó severamente lo acontecido:

“Este acto sin precedentes excede por mucho la autoridad legal de la administración e ignora los millones de comentarios del público, al igual que el duro trabajo de las comunidades tribales para proteger sus sitios sagrados y tesoros arqueológicos. Al abrir estos monumentos nacionales a los especuladores de petróleo, gas y carbón, la administración Trump comprueba una vez más que solamente les importa llenar los bolsillos de sus contaminadores aliados”.

Ante estos hechos, la Nación Navajo declaró que nunca se le consultó respecto a las reducciones y ha dijo que se está preparando para demandar en conjunto con otras tribus, en tanto que Earthjustice comenzó una demanda el mismo lunes en representación de distintas organizaciones. Se espera que entre la población afectada y otros simpatizantes se sumen más demandas en las que se pida la defensa y protección de tan importantes sitios históricos. Aunque habrá que estar a la expectativa de qué tan bien organizada está la sociedad, pues ante otras reducciones —de menor impacto— que han acontecido en previas ocasiones, no existen evidencias de que la población haya tomado acción legal.

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